Hola Juan,
Qué tal como estas?
Tengo que confesarte el reto de escrita semanal me hace bien. Lo veo difícil en algún que otro momento, pero es lo que necesito para mejorar mi trabajo. No te lo comenté, estoy escribiendo un libro. Un libro muy duro, ojalá pueda publicarlo. No lo sé si las personas tendrán interese por el. No pasa nada. Para mi es una catarse poder escribir esta historia que la tengo marcada a fuego en mi pecho.
No lo sé si sabes, estoy al paro, sin trabajo, sin saber que será de mi vida laboral. Por eso aprovecho mis días, mis largos días para leer mucho y escribir mucho más. Estoy leyendo dos libros a la vez, bonísimos. Lo primero es Ordesa de Manuel Vilas, ya tenía escuchado en audiolibro y lo compré, porque lo vi como una fuente de inspiración para mi libro. Me gusta las frases cortas con que Manuel Vilas cuenta su vida y lo cuanto echa de menos a sus padres, muertos. Hasta que punto escribir algo parecido es plagio? Hago como él, pero a la vez cuento una historia distinta, mesclo el pasado, con el presente y los miedos del futuro, tal como lo hice Manuel, espero que no sea plagio. El otro libro, es la segunda vez que leyó, Un amor imposible de Christine Angot. Es como si fuese una carta a su madre, cuenta una historia de dolor sobre la vida de sus padres y la suya. También lo tengo como referencia para mi libro.
Un día espero que tu puedas leer mi libro y comentar lo que te parece. Tengo la ilusión de un día vivir de la escrita. Yo y tantas otras personas deseamos eso, a saber si se puede ser una realidad…
Echo de menos a mi País, Brasil. Pero un Brasil que no es el que conocí, con tanta violencia, inseguridad, corrupción. Vivo en un País donde se habla mucho de corrupción, pero aquí me siento segura, puedo dormir con la puerta de mi piso abierta, sin pasar la llave. No tengo miedo. A mi ya me bastan los miedos que tengo del futuro, de no tener un trabajo, de no tener dinero para mi familia.
Echo de menos a amigos que dejé allá. Pero que en realidad ya no están allí, donde los dejé. Cada uno siguió con su vida y, ahora, les toca vivir en ciudades diferentes, en Países distintos. Cada uno en un punto distante del planeta. Nos hablamos por skype o whatsapp, bendita tecnología, que nos aproxima de las personas queridas.
Aquí aprendí a ser simples, a vivir con poco, tener una vida más ligera. Me gusta. En mi País ya buscaba esa vida, pero mi piso tenía tanta cosa que no lograba la ligereza que ahora conquisté. Aquí puedo limpiar mi piso en poco más de una hora. Ya fue compulsiva por la limpieza, ya gasté mucho en cloro y demás productos para limpiar la vivienda. Ahora, no. Soy más ecológica. Uso vinagre, bicarbonato y limón. La casa no ole a nada. Miento. Ole al pitillo que acabo que fumar. Sí, aquí volví al vicio. Ya voy mejor, una caja de tabaco ahora me dura dos días, antes, me duraba uno, o menos de uno.
Espero que las cosas por ahí estén bajo tu control. Que los cursos sean suceso y que logres conquistar todo lo planeado.
Espero que tu familia esté contenta y disfrute de cada momento junto a ti y tus encantadoras historias.
Un saludo, desde el otro lado del océano. Un tanto más arriba del globo, donde hoy el día está nublado y un tanto fresco.
Anna Franco
Me siento muy identificado con la actual realidad de esta historia.
Buen relato, saludos.
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Gracias por su comentario, Rubén! Saludos.
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