En febrero de 2017 publiqué un texto (pincha aquí) donde comentaba sobre nuestra llegada a España y las sorpresas que encontramos dónde íbamos a vivir. En aquél momento solo escribía en portugués, pues apenas tenía prática con el castellano. El objetivo del blog era enseñar a nuestros amigos el proceso de adaptación en un nuevo País, al otro lado del charco, como dicen los de aquí. Resulta, que los amigos preferían hablar por WhatsApp do que leer y el blog quedó sin lectores amigos. Como seguí escribiendo, porque me gusta escribir, con el tiempo, el blog fue caminando y ganando nuevos y fieles amigos, a quien les gusta la lectura y que, al que me parece, no les molesta la mala calidad de mi escrita en castellano. Sí, hoy escribo solamente en castellano y busco, día a día hacerlo mejor, pero lo sé que aún me falta mucho.
Ha pasado tres años, y aquí sigo, en el mismo piso. Por supuesto, nuestro baño ya no es el mismo de la foto. Hicimos una obra, pues el baño estaba interditado al uso por el propietario del piso de abajo, tamaño era la fuga de agua. Como nuestro dinero no era mucho, hicimos el baño y pusimos tres ventanas para protegernos mejor del frio. Aún no tenía idea de cómo sería el frío de Europa, hasta entonces solo tenía visto en películas, y tenía miedo. Será que soportaría el frío de Europa? En realidad, mi pregunta debería ser otra, será que soportaría el frío de Galícia, más especificamente el frío de Santiago de Compostela? Sí, el frío de aquí es muy distinto a todos los otros. El temido frío húmido!!
Ha pasado tres años, me adapté a mucha cosa; al piso viejo y oscuro, a tener solo un baño para compartir con dos hombres (las mujeres van a comprender… jejeje). La comida y la cultura, todo más o menos bien, pero hay una cosa a la que no me adapté. El frío húmido e la eterna lluvia de Santiago de Compostela. Hoy, después de unos cuarenta días, tuvimos un día fenomenal, sin lluvia y con un tímido sol que dio la cara para iluminar, calentar y atraer vida a la calle. Todo este período de lluvia sentí muchísima dolor a espalda y en los huesos, me sentía como una anciana, encurvada y con dolor. Hoy por fin, no he tenido dolor y salí a caminar. La calle, por días tan vacía hoy estava alegre con personas caminando y charlando entre sí. Los perros tal como niños, corrían por los parques, mismo que mojados la alegría de un día sin lluvia es tremenda. La misma alegría que invadió mi pecho.
Santiago de Compostela es conocida por el turismo, pero el que viene aquí tiene que comprender cómo es vivir aquí. Somos la capital de Galícia y el sítio donde más llueve. Aunque seamos la capital de Galícia, somos un pueblo, con aproximadamente 95.000 habitantes. Algo más o algo menos, no lo sé, por ahí estamos. Parecemos ser más, pero son los estudiantes y los peregrinos los que mueven el pueblo y nos dán aire de gran ciudad. Pero a la vez, cuando caminamos por Santiago, luego nos damos cuenta que en pocos pasos ya la hicimos de norte a sul, leste a oeste. Sí, Santiago es pequenita y todos se conocen. Yo no conozco a muy pocas personas, por el poco tiempo que vivo aquí y por vivir entre libros y no a calle entre las personas. El Bendito (un bar que tuvimos cerca de nuestro piso) me hice algo conocida por aquí, y la otra empresa en que trabajé también, pero aún así es poco, soy muy poco conocida y no logré hacer un o dos amigos como los que dejé en mi País. Eso sí, es lo que más hecho de menos, amigos con quién hablar por horas sobre las cosas más locas y tontas. Por eso escribo tanto. Y, por eso quiero pasar a publicar todo lo que tengo, poco a poco evidentemente. Espero que no os aburráis con mis textos, jejeje. Caso no os gustéis, podeis comentar. Vale?
Algunas veces, miro a mi alrededor y tengo la percepción de que aún estoy en Brasil, pero no en Rio de Janeiro, donde vivía, más sí en Pouso Alegre (Minas Gerais), donde nasci. No he tenido la experiencia de vivir allí, solo un año cuando aún no sabía ni andar, por eso no lo cuento como experiencia, pero todos los años visitaba unas cuantas veces la família, mis abuelos y tíos que allí quedaron. Hoy, cuando veo las personas aquí, lo rural, que es el barrío donde vivo, tengo la percepción estoy en Pouso Alegre. Otro día me hice la pregunta, será que tendría sido más fácil un cambio de Estado (Provincia) al invés de un cambio de País? Por algunos motivos si, como; el idioma, la misma moneda (para quien no sabe 1 euro equivale a aproximadamente 4,80 reais), la família cercana y tantos otros pequeños detalles que en el conjunto quizá, ayudase en algo. Pero, en la realidad. no me arrepiento de nada. Estoy muy a gusto aquí en España. Me siento una española y muchos dicen que soy más española que mi marido, que en realidad es el español de la casa… jajaja. Él suele se enfadar con eso, pero deja estar, él es así, se enfada pero luego pasa. Como él vivió muchos años en Brasil poco habla de castellano y de gallego, y como és muy tímido, lo poco que habla le sale una muy buena mescla, algo como un “portuñol-agallegado”, jajaja. El importante es que él habla poco pero no pasa hambre ni tampoco há tenido problemas en su trabajo. Cuando lo conocí, hace 20 años (SÍ!!! Hoy cumplimos 20 años juntos!!!! Ohnnnn, que amor!) él ya era un hombre viajado, siempre le gustó viajar y en su juventud, después de graduarse en la Universidad en Brasil, cogió una mochila y fue por Europa, parte de Brasil y algo de América Central y Flórida. Viajó mucho y creía que sería el fin cuando nos unimos. Tonto, hay que dar tiempo al tiempo, la vida dá muchas vueltas. Sé que él no imaginaba que viviríamos aquí, ni tampoco que trabajaría viajando, pero, como he dito, la vida dá vueltas y muchas! Hasta el día de hoy, en el año de 2019 él lleva acumulado más de 160.000km en 10 países. La vida es increíble!
Yo me quedo a casa, como ama de casa. Espero que no por mucho tiempo, eso no es para mí. Realidad sea dita, mismo que no me guste en nada, lo necesitaba. Trabajar al bar (El Bendito) y en la otra empresa fue muy duro, muy distinto de todo lo que hice en mi vida hasta entonces. Lo duro no fueron las tareas, pero la forma. El modelo de cada un de estes negócios, que son muy distintos de todo lo que hice. Puedo decir que fue un fallo mío, acreditaba que por ser mujer de un ciudadano llegaría aquí y luego tendría una oportunidad en lo mío. No, qué engaño! A principio perdi mi personalidad, mi nombre aqui se habla distinto, mi currículum no tiene valía y para empeorar, a mayores de extranjera, soy mujer con más de 40 años. El mercado laboral nos rechaza, nos repele como a las indeseadas moscas. Eso no es un problema exclusivo de España, en muchos países la cosa vá por ese camino. Somos más capacitadas, tenemos más experiencia, pero a la vez, somos más caras y imponemos limites, cosa que los jóvenes, llenos de ganas por empezar la vida laboral no lo hacen, aceptan bajos sueldos, largas jornadas laborales y otras tantas cosas del día a día, así, nos quedamos en el banquillo, a espera que algo pase. No voy a decir que este fue el motivo de mi depresión, pero, quizá si uno de ellos. Aquí, para me mantener en el trabajo, acepté cosas que jamás aceptaría en mi país. Fue un error? No lo veo, en aquél momento yo era la única a trabajar a casa y aquél pequeño sueldo nos sacó adelante. Solo tengo que agradecer. De los errores se aprende y de las dificultades se aprende mucho más. Hoy, estoy al paro, soy estatística, tengo una oportunidad de volver, como autónoma, sueldo 100% por comisión y todos los gastos por mi cuenta. En otro momento aceptaría sin dudar, pero aquí tengo dudas. El mercado es muy distinto del mío y no quiero cometer otro fallo. No lo quiero por mí, ni por mi família. Pero, mi voz emprendedora, susurra en mi oído, lo que no arriesga no logra. Oh, Dios, esa voz y esa personalidad que busca constantemente por desafios… Ya me parece que voy aceptar la oportunidad. Miedo, me tiemblan las manos y perco el aire. La viene la ansiedad.
Bueno, llega 2020. Un nuevo desafío no estaría nada mal para empezar este nuevo año! Dejar la casa, la cama y ir en busca de nuevos objetivos. Conocer un nuevo mercado, conocer personas, hacer!! Lo mejor, hacer a mi molde, tal como lo hice cuando estuve en la empresa Mandarina. Oh, como la hecho de menos. Al todo fueron 9 o 10 años, no lo sé al cierto, pero de lucha y conquista. Recuerdo el primero dia, cuatro de noviembre de dos mil y ocho, fecha en que firmé el primero contrato de representación para la empresa, para Mandarina. El nombre, no sabía que significaba, fue la elección de unas diseñadoras y me encantó a primera vista. Empecé en dos mil y ocho, con la crisis batendo a puerta del mundo y sin saber nada sobre ventas y emprender. Lo hice! Y, más, lo hice y sola! Ya lo sé que no tengo que vivir de pasado, pero este pasado representa mi capacidad, mi potencial, mi historia. Este pasado firma la hoja que tengo en manos diciendo que puedo seguir, que soy capaz y voy a lograr lo que se espera. Pues, que así sea. Documentado en el blog mi elección. Documentado en el blog el reconocimiento de que tengo la capacidad, potencial y actitud para lograr lo que quiera y necesite. Ahora toca organizar y hacer papeleo para que todo pueda seguir adelante.