
Tanto para leer como para escribir, tengo un sitio donde sentar. És un sitio junto a ventana, así puedo mirar la calle mientras pienso, leo y escribo.
Para mi surpresa, hoy, al mirar por la calle vi las luces del enfeite de navidad que el alcalde determinó que instalara aquí, junto a mi ventana. Yo no le creia. Dijo que lo haría para que me recordara, por lo mínimo en navidad, que tengo que sonreír y alegrarme por vivir. Vivir en una calle que tiene mi nombre y que ahora brilla como yo debería brillar.
Dijo que debería renacer y olvidar lo que pasó y brillar tal cual una estrella. Lo que no sabe el alcalde es que hoy, justo hoy, en los cielos de este pueblo habrá una lluvia de estrellas y mañana ya no estaré aquí.